Mar de grises en el cielo
Y una brisa tenue y pálida
Llueve en los monótonos senderos
De un bosque ciclópeo de cemento
En los árboles, las aves, de cristalinas alas
Vuelan en vidriosas miradas
Vuelan, encerradas
En el bosque, el río, de filosas llamas
Crepita su eterno murmullo
Susurra su eterno sollozo
Se desangra hoy, y mañana
En el río, los peces, de extrañas escamas
No se pierden, no se encuentran
Se buscan, en silencio.
Bosque infernal
Tejido de paraísos desesperados
Fatídico laberinto
De hipnosis fatal
La brisa languidece
El aire se enrarece.
Y un suspiro se arroja, cansado
A otro día que amanece…
Qué bello ciclo describís. Es como si un día se renovara matando al otro.
ResponderEliminarUn saludo.
me desangró hoy, talvez mañana.
ResponderEliminarme encanta lo que escribiste.