¿Cuántas muertes habrá que soportar antes de nacer?
¿Cuántos nacimientos antes de morir?
La imperiosa necesidad de necesitar una necesidad afila sus dientes en su propia carne y bebe su propia sangre, devorándose de a dolorosos instantes, desgarrándose, desangrándose.
Esbozos de aliento que no alcanzan a empañar el vidrio de esa maravillosa ventana de cristal de horizonte, se angustian en el reflejo de una eterna batalla de mil colores y una sombra. Sombra que canta endemoniada un canto nocturno de amapolas siniestramente dulces.
Gritos que comulgan en un silencio gastado. Gritos que se despluman antes de precipitarse por el precipicio hacia su primer vuelo y yacen, tendidos al pie de los árboles.
Decadencia de bailar caminando, arrastrando los pies que resbalan con las gotas del crepúsculo que se desangra en sublimes cuadros oníricos.
Desesperación de brazadas en un mar sin olas.
Terremoto de quietud aplanadora que silencia hasta el deslizar del río.
Golpe de aire blanco que congela hasta el vaivén de las hojas.
Y la lluvia, que gota a gota orada gigantes de hielo y roca…
Y la sombra que nota a nota teje su canto de amapolas…
Cascada infinita de palabras que temerarias saltan al vacío, y que allí se pierden, y allí ya no se encuentran.
Paciente locura destructora a la espera del fulminante sopor de aromas violáceos, que dibujará la armonía de navegar en cielos de amatista y polvo de astros celestes, de nieve de ángeles y ríos de fuego y rosas, de auroras marinas y cometas de esmeralda...
Y la lluvia, fue río, gota a gota
Fue canto, de amapolas.
Confieso que tuve que leer el texto más de una vez para descubrir la conexión entre cada frase perfectamente pensada.
ResponderEliminarTe confieso también que de vez en cuando me gusta toparme con este tipo de textos con cierto grado de complejidad. Suelen darme la sensación de que cada frase cuenta una historia y que hay muchas formas de significarlas.
saluditos! Al!
Intensas imágenes, y muy orlados vacíos...Agradable, como siempre.
ResponderEliminarUn saludo.