martes, julio 3

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¿Que harías si te lo digo,
Qué si te digo que todo es
Mentira, fraude, burda farsa:
Máscara, pretexto, vil disfraz?

Que ni ella, ni noche, ni astros hay.
Nadie canta ni danza, nada.
Hielos yermos, ningún fuego ha
Arriesgado el más mínimo haz.

¿Qué si cae el telón, el fin al fin, y prenden la luz?
¿Qué si mirás y no ves más que sangre, bilis, pus?

¿Podrías no llorar una lágrima,
Seguir caminando y no sufrir?
Los colores agonizan y
Las sombras ríen, muy felices.

Ya sé que ríen, y que gozan
Conozco la niebla, conozco
Como tejen y destejen y
Sufro por esos presos ojos.
 
Si ningún abrigo brindase
Un calor de fuego, a mi alma,
Haría como hago, pues hace
En verdad, frío demasiado.

Vagaría por límites de cimas y simas
Bajo mi vieja capa de ocasos de sonrisas,
Cazando atento luciérnagas entre penumbras,
Esos ojos con el brillo de la luz que alumbra.

¿Viendo ambos lados de la luz no
Podríais acaso decidir?
¿O preferís la floja cuerda y
Un delirio de cruel balancear?

Una eterna brisa sobre el mar,
Leve rocío en un desierto.
Un leve vacío que hambriento
Teme cortarse con reflejos.

Pero aún se oye aquel débil bufido aún sin cuernos
Lazando exhalaciones, tejiendo embestida.
Hará trizas el espejo, podrá entonces verse
Desnudo ante la pared desnuda y conocerse.