Despertar, y darse cuenta está lloviendo. Piedras, montañas enteras. Despertarse, darse cuenta.
Escombros gotas grises gritan, precipítanse: cráneo brazos, tórax piernas, densa cadencia de cadencias gritan, precipítanse, gotas grises. Brutales, desmenuzan, salpicando. Brutales, pulverizan, destrozando. Se desvanecen, brutales. Enterrado, bajo el polvo, el suelo apisonado que se expande, envuelve se alimenta. Fundición elemental, la fragua de la vida, que envuelve que disgrega que pierde, la araña se alimenta en su telaraña y teje, y teje, y teje, y las almas, como moscas en sus redes se pierden y suspiran profundo se suspiran.
Suspirarse entre los poros de la tierra, respirar, respirar con ella. Suspirar sin caerse lágrimas de vuelo perdido, suspirarse aliento de dragón y elevarse, ser libre, jugar, con cada hoja cada hoja, de los árboles; errar por los desiertos de laberintos de tormentas de arena, desiertos; girar girar en cada vértice, cada hélice, cada instante, para siempre. Alienando… envolviendo… atrapado encerrado sin fronteras ¡¿Qué prisión más severa que sin barreras?! Suspirarse, derrotado, meciendo los brotes de césped de los jardines, de los parques, de los campos. Suspirarse avasallado, acribillado por un aluvión de negras refulgentes flechas profanas: miradas sin alas, palabras incoloras, lluvia que no moja. Y llorar.
Llorarse agua; destrozarse en cada roca pétrea roca, de cada cada cascada; gotearse lenta, paciente, delicada insistente, insaciable permanente, incisivamente, incisiva mente; descubrir, cada ínfima fina fibra, surcando el aire cantando, la música del río la lluvia el mar, y cantando reirse agua. Mecer, en sutil vaivén, alegremente, la piel del océano, confundiéndose. Ser un arroyo risueño de la primavera y silbar melodías entre las pequeñas piedras, con los primeros trinos y rayos de la sepultura de la noche, aúricas flechas que ahora alumbran el cielo y nutren la tierra, con su fuego.
Cantando, cantando danzarse luego fuego: cada gota ígnea gota de vino ardiendo como cada estrella del universo; cada hirviente gota de sudor entre dos cuerpos cual luna y sol dibujando horizontes, al atardecer. Ser un corazón latiendo, un corazón de verdad latiendo, una hoguera abrasando abrazando figuras en el aire, una danza abrazando abrasando figuras en la tierra. Fundirse, confundirse en una lluvia, un horizonte, un eclipse, una lágrima resbalando por una mejilla, un amanecer que sonríe y acaricia. Ser una risa a carcajadas entre espadas y venenos, ser un sol, inmolarse, prenderse fuego prender ese fuego.
(el cagazo que me pegué cuando empezó a sonar la canción de tu blog. tremendo)
ResponderEliminarF, cada día escribís más lindo. Cuánta sensibilidad hay en tus palabras, me encanta.
". Ser un corazón latiendo, un corazón de verdad latiendo, una hoguera abrasando abrazando figuras en el aire, una danza abrazando abrasando figuras en la tierra."
ResponderEliminarHas aprovechado bien tus días contemplativos, debo decirte. Con temor a equivocarme, considero que este texto es uno de los que más me gustaron.
Un saludo.
Qué lindo ritmo tiene esto, qué lindo en serio. Y qué lindo eso de "reírse agua".
ResponderEliminarAh, y yo también me asusté con la canción!!